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Los mercados de renta fija y variable corregían con fuerza en el mes de septiembre sin que los banqueros centrales acudieran en su ayuda, como en otras ocasiones.  Los bancos centrales estarían entre la espada y la pared, ya que cualquier intento de echar una mano, de rescatar a los mercados, añadiría más leña al fuego de la inflación. 

Y, sin embargo, en los últimos días hemos comprobado, tras la intervención del Banco de Inglaterra en el mercado de bonos, que los bancos centrales no son insensibles ante la inestabilidad financiera y el riesgo sistémico.  Y que, además, los mercados de bonos, al final, han obligado al nuevo gobierno británico de Liz Truss a rectificar sus planteamientos, la rebaja de impuestos, y aceptar la ortodoxia financiera.

Los bancos centrales estarían empeñados en combatir la inflación, un objetivo que pretenden lograr mediante el endurecimiento de las condiciones financieras para frenar la demanda. Y, hasta que no cambie este escenario, hasta que la inflación no de señales de encaminarse hacia el objetivo deseado, los activos de riesgo, probablemente, se van a mantener en tensión.

Fernando González Cantero, CEO & CIO PBI Gestión